Taller
Taller (6-12 años)
Conviven niños de 6 a 12 años en el mismo espacio, su interés girará en conseguir la independencia moral e intelectual. Esta nueva etapa es más tranquila que la anterior, ya que los niños han superado los grandes hitos de la infancia (caminar, controlar sus movimientos, dominar el habla…) y ahora se observan cambios físicos y emocionales, pero son sobre todo los cambios sociales los que impulsan a los niños de Taller a dar un gran paso.
Cuando han satisfecho su necesidad de pertenencia en la etapa anterior, empiezan a trabajar en busca del bien de la comunidad. Les encanta trabajar juntos, experimentando roles en el grupo para conseguir un objetivo común. En el plano intelectual los niños de taller están preparados para entender conceptos y procesos más abstractos. Ahora son capaces de imaginar cómo serán cosas que nunca han visto, esto incrementa su interés por investigar cada nuevo concepto que observan. No se preguntan qué son las cosas, como antes, sino por qué suceden.
En lo moral buscan discernir lo bueno de lo malo y les despierta una enorme curiosidad las injusticias, demandando combatirlas afanosamente. Es el momento en el que empiezan a practicar con las normas.
En este periodo entra plenamente en juego lo que María Montessori llamaba la Educación Cósmica. El concepto con el que habla de la interdependencia de todos los seres a través del tiempo, para contribuir al propósito general de la evolución. Como veíamos es una idea profundamente ligada a valores como el agradecimiento, el respeto y la pertenencia. Y sirve como marco para presentar a los niños procesos tanto culturales (la evolución de la humanidad y las civilizaciones) como biológicos (el desarrollo de las distintas especies a lo largo de la historia de la vida).
Esta mirada cósmica impregna por completo el ambiente de taller y toma una presencia más patente en las llamadas Grandes Lecciones para poder tener un marco general que le de una comprensión global de lo que es el mundo y donde poder encajar todos los intereses que en cada niño y niña surgen. En la educación Montessori se ofrecen estas narraciones sobre como surgen y se desarrollan el universo, la vida y el ser humano a lo largo del tiempo.
Con estas características al alumnado de taller se le queda la sala pequeña, y necesita abarcar con su comprensión y su experiencia el mundo entero y también el universo, como decía María Montessori. Se amplifican los salones y se diversifican los espacios, y las salidas y excursiones cobran vital importancia.
Respecto a las áreas de trabajo, los niños de taller tienen integradas las actividades de la vida práctica, y la sala no dispone de un área específica como ocurría en casa de niños. Sin embargo encuentran oportunidades para trabajarla en la cotidianidad, abarcando cada vez más campos (amasar el pan, preparar el desayuno, limpiar su ambiente…).
Sigue repartiéndose por el aula más material manipulativo y concreto para todas las áreas (zoología, botánica, geografía, historia, geometría, matemáticas, lenguaje…) pero la tendencia a la repetición de los niños de taller ya no consiste en utilizar una y otra vez el mismo material, pues consiguen dominarlos rápidamente, su repetir se trata de considerar un mismo tema cada vez desde perspectivas distintas. Los materiales se convierten ahora en llaves que pueden abrirle las puertas de su propio interés e inducirlos a multitud de investigaciones. Los materiales son ahora una pequeña parte del currículo únicamente limitado por la imaginación de cada niño.